Cachorrito – 3 meses de edad

Willem cumplió ayer 12 semanas de vida (4 semanas en casa) y, por supuesto, estamos frente a las típicas cuestiones de un cachorro: hace pis adentro, roba zapatos, se come todo lo que encuentra, muerde para jugar con esos dientitos aguja, quiere jugar en momentos inoportunos y con objetos incorrectos, entre otras “cachorridades”.

Willem es un perrito con mucha energía y un temperamento interesantemente fuerte, así que es un verdadero desafío educarlo y acompañarlo en esta etapa para todos los integrantes de la familia (bípedos y cuadrúpedos).

El comentario trillado: “es cachorro, ya se le va a pasar” y quiero decirles algo: No, no se le va a pasar solo. De hecho, es probable que algunas cosas empeoren si no se trabajan a tiempo. Y de eso quiero hablarles en esta nota.

A mí me gusta decir que un perro educado no es un perro que sabe sentarse y dar la patita, sino que se trata de un perro estable, que sabe autorregularse, que tiene la capacidad de gestionar situaciones y entornos, que es colaborativo con su tutor, que es amable con otras personas y perros. Es por eso que lo que estamos trabajando con nuestro bebé principalmente es la base de todo lo dicho y podríamos dividirlo en los siguientes temas (for starters):

– BUENAS COSTUMBRES HIGIÉNICAS.

Es impresionante la cantidad de perros que conozco que, después de los seis meses de edad aún no saben que el pis y la caca no se hacen adentro de casa.

Cuando un perrito llega a su nueva casa, no entiende de ambientes, ni de tiempos familiares, entonces hay que acompañarlo y enseñarle desde el momento que llega, sacándolo seguido afuera, premiando por hacer en el lugar correcto y estando atento si da cualquier indicio de que necesita “hacer”.

No “se le va a pasar” cuando sea grande, al contrario, podría empeorar con el tiempo. Debemos enseñarle buenas costumbres higiénicas desde el día que llega.

Yo recomiendo básicamente sacarlo seguido (ni bien se despierta, después de jugar, después de comer), siempre salir con él para asegurarnos de que hace y felicitarlo, e ir aprendiendo con la observación. Willem por ejemplo después de las 18.30 hs, que es cuando nosotros ya estamos en casa después del trabajo, suele hacer más seguido porque está más activo, así que lo sacamos cada vez que creemos que podría estar buscando un lugar donde hacer. Recomiendo que el cachorrito vaya hasta la puerta caminando (no a upa), para que vaya aprendiendo cuál es el camino que lo lleva al “baño”. También ayuda sacarlo con correa (de al menos dos metros de largo) hasta que haga, para que podamos verlo, premiarlo y asegurarnos de que no se entretiene con otras cositas del entorno.

– AUTOCONTROL.

La mayoría de los perros que conozco tienen problemas a la hora de autocontrolarse y pienso que gran parte de esto se debe a que sus tutores caen, sin darse cuenta, en dos situaciones:

– O le dicen al perro lo que tiene que hacer todo el tiempo (“sit”, “quieto”, “no”).

– O refuerzan la brutalidad (cuando el perro golpea la puerta con todas sus fuerzas y le abren, enseñándole al perro a pedir las cosas “a los golpes”).

Las señales más frecuentes de un perro que no sabe autocontrolarse son la brutalidad y la reactividad (tirar de la correa, saltar o golpear a otras personas o perros, ladrar o golpear para pedir algo que quiere, abalanzarse sobre el plato de comida y sobre las puertas en proceso de apertura, no controlar su mordida en juegos, entre otros).

Para evitar que eso suceda, conviene asegurarnos de educar a nuestro perro con vistas a evitar todos esos problemas. Hay muchos juegos entretenidos de autocontrol para hacer, pero también se trata de la vida cotidiana: reforzar la espera calmada ante una puerta que se abre, pedir las cosas amablemente, no reforzar la locura, fomentar la calma. Es mucho más fácil enseñarle a hacer las cosas bien desde el principio que corregir luego, así que lo más importante de todo es: ACORDATE QUE ESE CHIQUITÌN QUE HOY PESA CINCO KILOS, EN SEIS MESES VA A PESAR VEINTE (dependiendo de la raza). Lo que hoy no te molesta que haga con el tamaño que tiene, ¿tampoco te va a molestar cuando sea grande? Porque tené en cuenta que “no se le va a pasar” cuando crezca, sino que será la misma brutalidad con varios kilos más.

SOCIALIZACIÓN.

Este tema es super conocido y hay muchísima información en internet sobre etapas del cachorro, cómo y con qué socializarlos. Lo único que quiero reforzar aquí es la importancia de no dejar pasar el momento. Nosotros tenemos suerte que en nuestra casa hay otros cinco perros para comenzar con la socialización de Willem, pero no termina con estos cinco. Después de un mes de estar en casa, él ya sabe a quién le gusta jugar y cómo, a quién no le gusta que lo molesten, a quién convence por medio de un palito y a quien con una reverencia de invitación al juego. Entonces es importante que empiece a conocer otros perritos, de diferentes tamaños, edades, colores, pelajes, hocicos, temperamentos, etc. Que siga mejorando sus habilidades sociales.

Cuando no se tiene otros perros en casa, se puede invitar de visita a amigos con perros amables, sanos y con su plan sanitario al día o a un profesional que pueda acompañar con sus perros. Es importante que elijamos esos perros socializadores con mucho cuidado para asegurarnos de que sea una buena experiencia para nuestro cachorrito. También cabe aclarar que el lugar de encuentro siempre debe ser un lugar seguro, donde no haya acceso de perros desconocidos que puedan haber dejado enfermedades en el terreno (recomiendo la casa del cachorro, para que sea un lugar conocido, seguro y tranquilo para él).

Una vez que el cachorro tiene su plan sanitario completo y sale por primera vez a una plaza, cuando se encuentre con un perro, no será su primera vez. Dejar al cachorrito durante tres meses (desde que sale de su camada hasta que completa el plan sanitario) sin contacto con otros perros es un error grave.

– HABITUACIÓN A SITUACIONES Y ENTORNOS.

Habituar al perro a todo lo que creamos que necesitará vivir en su vida es parte fundamental de su educación: Veterinario, auto, collar, arnés, correa, paraguas, escaleras, ruidos, texturas, visitas en casa, cepillado, corte de uñas, baño, curaciones en casa, quedarse solo, el tránsito, etc, etc, etc.

A mí me gusta hacer listados. O sea, te recomiendo que te hagas un listado de lo que vayas a necesitar habituar a tu perrito, con edad aproximada en la que podrías hacerlo y puedas ir haciendo anotaciones de los avances o simplemente marcando lo que ya hayas podido trabajar. Por ejemplo, no podes bañar al cachorro hasta que no esté completo su plan sanitario, pero lo podés ir acostumbrando a secarlo con la toalla, tocarlo y acomodarlo.

Cabe aclarar que tampoco está bien sobre estimular al cachorro. Ir paso a paso, darle tiempo para que se recupere de una experiencia nueva con algunos días de descanso y solo cositas conocidas.

La confusión es pensar que el perro no puede salir de su casa hasta que termine con su plan sanitario y en realidad lo que no puede es pisar el suelo donde puede haber enfermedades para las que su cuerpito aún no está preparado. Pero puede y debe ir conociendo el mundo.

Hasta el momento, Willem salió cuatro veces a la calle, a diferentes entornos que podía gestionar bien (una vez por semana y siempre en brazos ya que aún no terminó con su plan sanitario), pasea en auto casi todos los días porque suele marearse, así que conviene que salga con frecuencia para ir acostumbrándose de a poco.

En reglas generales recomiendo llevar al cachorro con collar y correa puestos por seguridad, aunque vaya a upa. Llevar siempre comida y premiar seguido al cachorrito durante el paseo. Buscar experiencias positivas y al nivel que creamos que el cachorrito pueda gestionar con éxito, siempre hay tiempo para subir el nivel. Ir paso a paso es el secreto de una gestión armoniosa de cada experiencia.

– CONFIANZA.

Confianza en sí mismo y en nosotros como tutores.

La confianza en sí mismo viene, en parte, de la mano de todo lo que plantee en los puntos anteriores, pero depende inmensamente de nuestro acompañamiento como tutores.

Habrán notado que no hablo de “dueño” del perro y no es casualidad. Es porque así lo veo, nosotros somos la guía del cachorrito, quien lo ayuda, lo acompaña, lo protege. En la era de los tutoriales, aprendamos a guiar paso a paso a nuestros perros, dándoles confianza en que pueden hacerlo con autonomía.

Con más frecuencia de lo que me gustaría, veo personas engañando a su perro en muchas situaciones cotidianas, casi sin darse cuenta. Por ejemplo: decirle “tomá” para que venga sin tener nada para darle. Tal vez podamos engañarlo en alguna ocasión, pero rápidamente aprenderá no solo que ese “tomá” no vale nada, sino que su tutor no es de fiar. Qué triste, ¿no?

Acompañemos a nuestro cachorro en la construcción de la confianza en sí mismo, dándole confianza en nosotros. Generemos comunicación honesta con nuestros perros, si le vamos a cortar las uñas, le decimos “en su idioma” que le vamos a cortar las uñas, nada de engaños.

Les dejo un videíto de hoy mostrando la primera vez que le cortamos las uñas a Willem: https://youtu.be/OFkCQ9JcctA

Gracias por leernos y acompañarnos.

Mariela Ibarra

Adiestradora Profesional Cognitivo – Emocional

Especialista en gestión emocional – EDUCAN Instructor